martes, 27 de noviembre de 2012

la lluvia acida

                                                              La lluvia ácida
 Origen:
 La lluvia ácida no es un fenómeno reciente, tiene sus antecedentes en la Revolución Industrial, y desde entonces ha ido en aumento. El término lluvia ácida tiene su origen en unos estudios atmosféricos realizados en Inglaterra en el siglo XIX, pero actualmente cabría denominarla deposición ácida, ya que puede presentarse en forma líquida (agua), sólida (nieve), o incluso como niebla, ésta última tan efectiva en su capacidad de destrucción como lo es la deposición líquida.
Definición:
 La lluvia ácida se forma cuando la humedad en el aire se combina con los óxidos de nitrógeno y el dióxido de azufre emitidos por fábricas, centrales eléctricas y vehículos que queman carbón o productos derivados del petróleo. En interacción con el vapor de agua, estos gases forman ácido sulfúrico y ácidos nítricos. Finalmente, estas sustancias químicas caen a la tierra acompañando a las precipitaciones, constituyendo la lluvia ácida.
Consecuencias:
  La lluvia ácida tiene una gran cantidad de efectos nocivos en los ecosistemas y sobre los materiales. Al aumentar la acidez de las aguas de ríos y lagos, produce trastornos importantes en la vida acuática. Algunas especies de plantas y animales logran adaptarse a las nuevas condiciones para sobrevivir en la acidez del agua, pero otras no. La lluvia ácida se mezcla con las corrientes de agua y llega a los ríos, lagos y al mar perjudicando la vida en estos medios y produciendo la mayor desaparición de especies y, por ende, la disminución de la pesca. Camarones, caracoles y mejillones son las más afectadas por la acidificación del agua. Esta también tiene efectos negativos en peces como el salmón y las truchas. Las huevas y los alevines son los más afectados. Una mayor acidez en el agua puede causar deformaciones en los peces jóvenes y puede evitar la eclosión de las huevas. En la vegetación produce importantes daños y los bosques se pueden ver muy afectados cuando son atacados por una fuerte lluvia ácida. Su poder de corrosión afecta incluso a construcciones de mármol o piedra caliza.
Posibles soluciones:
 Reducir lo más que se pueda el uso del azufre con combustible. Hacer una regla de emisión de óxidos de azufre y de nitrato para establecer un limite, que todas las empresas tengan que cumplir. posibles soluciones: Impulsar el uso del gas natural en diversas industrias. Ampliación del sistema de transporte eléctrico. Tener los vehículos siempre bien sincronizados. No poner sustancias químicas en los cultivos. Hacer un balance alcalino en lagos y ríos para balancear el pH. Control de las condiciones de combustión. El hombre puede prevenir la lluvia ácida mediante el ahorro de energía. Mientras menos electricidad se consuma en los hogares, menos químicos emitirán las centrales. Los automóviles también consumen ingentes cantidades de combustible fósil, por lo que los motoristas pueden reducir las emisiones nocivas al usar el transporte público, vehículos con alta ocupación, bicicletas o caminar siempre que sea posible.